Librerías para después del apocalipsis

19 | 10 | 2021

Son librerías, parecen pequeñas galerías de arte, se ubican en barrios con calles caminables y cafés. Ideales para la lectura. Y todas esconden joyas en sus estantes. La pandemia las obligó a cerrar puertas y sobrevivir en ventanas online. El lento retorno a la normalidad es una invitación a recorrer los estantes de estos cuatro baluartes culturales.

El Cid Campeador / Merced 345, Barrio Lastarria / libroselcid.cl
Una librería interminable. Como la biblioteca de Babel de Borges. Así podría definirse El Cid Campeador, la librería que en 1986 fundó Carlos Vivar sin saber entonces que llegaría a reunir más de 40 mil libros en su local de calle Merced en pleno Barrio Lastarria. En sus anaqueles se fueron juntando joyas autografiadas por Neruda o primeras ediciones de Gabriela Mistral con la firma de la Premio Nobel. Por eso se convirtió en un local de culto y para coleccionistas. La librería de Vivar fue también la primera de libros usados en Chile en estar en internet. Ideal para quienes les gusta leer y oler los libros antiguos. Vivar evita mucha literatura moderna, apuesta por los clásicos, los restaura y los distribuye por sus infinitos estantes para que sigan pasando de mano en mano.

Kalimera / Girardi 1286, Barrio Italia / @kalimera_libros
Kalimera es una boutique para perder horas mirando páginas. Parece un café vintage donde cada libro está ubicado como un objeto de decoración. La puerta de entrada hace sonar la campanilla y se abre la tienda que reúne a las casas editoriales tradicionales combinadas con descubrimientos como la cordobesa Chai editora, que este año puso parte de su catálogo con traducciones de narrativa contemporánea de todo el mundo, a disposición en este local de calle de Girardi. De hecho antes de la pandemia hasta café se podía tomar mientras buscabas algún título. Kalimera, buenos días en griego, es un oasis de libros en un barrio de cafés y bares.

Lolita / República de Cuba 1724, Providencia / librerialolita.com
No podemos vivir sin libros es la máxima de Lolita, librería fundada por el periodista y escritor Francisco Mouat. Clásicos, libros de moda, libros difíciles de encontrar como las poesías completas de Cesare Pavese pueblan las repisas de este local que funciona con el espíritu de una fuente de soda de barrio, donde te saludan, te conocen y hasta saben tus gustos. Lolita es independiente, de barrio, a escala humana y con su dueño siempre conversando entre los libros. Se hacen lanzamientos, talleres de lectura en el subsuelo capitaneados por Pancho Mouat. Hasta ha habido tocatas con piano de cola en el frontis. Vida de barrio.

Librería Luis Rivano / San Diego 111, Santiago Centro / luisrivano.cl
A los 32 años Luis Rivano fue llamado a retiro en Carabineros. La razón fue la novela Esto no es el paraíso donde develaba la cruda vida de un paco raso. Aunque ganó un premio las editoriales no quisieron publicar su relato y se dedicó a itinerar por pueblos con una maleta donde llevaba sus libros a la venta. Cuando pudo comprar el derecho a llave de un viejo local en la calle San Diego, se lanzó. A la venta estaban las dos novelas que tenía entonces y unos 50 libros que componían su biblioteca personal y de los cuales la mayoría era primeras ediciones firmadas por sus autores. Mucho de esa atmósfera se mantiene en la librería que sigue en pie tras su muerte en 2016. Góndolas con ofertas en la entrada del pequeño espacio donde el propio Rivano pasaba las tardes. Aún se conserva el espíritu de curatoría que aplicaba el autor de El rucio de los cuchillos: libros antiguos y modernos.

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